Personas mayores
Este informe titulado “Envejecimiento activo y de valor” incluye desde la propuesta teórica que sirve de marco, el análisis de datos existente en este ámbito, hasta los elementos relevantes de las políticas públicas desarrolladas con el fin de promoverlo y experiencias de interés que han sido puestas en marcha en diferentes territorios. Se trata así de un despliegue de resultados en torno al tema basados en fuentes de datos secundarias de encuestas desarrolladas a diferentes escalas territoriales.
El primer bloque del documento se adentra en aspectos relacionados con la conceptualización del término envejecimiento activo, ofreciendo un listado de principios que emanan de la incorporación del paradigma AgeingWell de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El segundo capítulo, denominado “Datos”, se organiza en torno a seis grandes bloques: Empleo; Jubilación; Arte, ocio y consumo; Aprendizaje permanente; Voluntariado y participación ciudadana; Uso de TICs.
A continuación, un tercer capítulo titulado “Estrategias políticas” incluye los resultados de una revisión de políticas públicas territoriales, estatales e internacionales desarrolladas en los últimos cinco años con el fin de promover el envejecimiento activo y de valor.
Para concluir, el material ofrece una recopilación de algunas experiencias prácticas, proyectos e iniciativas que ponen en marcha el concepto.
La serie de Informes temáticos realizados en el marco del proyecto SIA (Sistema de Inteligencia avanzada) de Fundación Adinberri, tienen como objetivo realizar un análisis en profundidad de temas específicos dentro de los ámbitos de oportunidad que define esta Fundación. Estos informes se conciben como herramientas para la identificación de tendencias en el ámbito del envejecimiento en Gipuzkoa.
La soledad se define como una “condición psicológica debilitante caracterizada por una profunda sensación de vacío, inutilidad, falta de control y amenaza personal” (Cacioppo et al. 2010; p.453. Esta experiencia se ha visto asociada con consecuencias negativas en la salud física y mental de quienes la padecen (Cacioppo & Cacioppo, 2018; Lim et al., 2020; Ong et al., 2016) incluyendo una mayor mortalidad en quienes reportan puntuaciones más altas de soledad (Luo, et al., 2012). Existen algunos factores que se asocian con mayores niveles de soledad. En estudios de revisión previos estos factores se han agrupado en tres: demográficos, de salud y socioambientales (Heinrich y Gullone, 2006; Lim, Eres y Vasan, 2020). Siguiendo esta clasificación, se presentan a continuación algunos de los factores de riesgo incluidos en cada categoría: Factores demográficos, Factores de salud, Factores socioambientales.
La pandemia de COVID-19 ha tenido efectos devastadores sobre las personas mayores que viven en residencias. En España aproximadamente el 3% de los casos y el 40% de los fallecimientos han sido en este grupo de población, en el que además han aumentado los síndromes geriátricos y los problemas psicosociales, y se han vulnerado derechos fundamentales, como consecuencia de las medidas para el control de la crisis. En este artículo se describen factores estructurales de las residencias y de su relación con los servicios sanitarios públicos que han tenido un papel importante en el impacto de la pandemia en estos entornos. Se presentan modelos alternativos a las residencias tradicionales y a la manera habitual de relación con el sistema público de salud, que unen a otras ventajas la de haber mostrado capacidades excelentes para proteger de la COVID-19 a las personas mayores que viven en estos centros. Entre estos modelos destacan diferentes tipos de viviendas de grupo, modalidades de coordinación sociosanitaria basadas en la gestión de casos y en la dotación de profesionales sanitarios desde el sistema de salud. Se proponen estas experiencias de éxito como elementos a considerar en el cambio de modelo sociosanitario (integrado y centrado en las personas) que ha comenzado a desarrollarse en algunas comunidades autónomas.
Las rutas son un conjunto de consideraciones, acciones y elementos, refrendados por el conocimiento existente y validados por la experiencia aplicada, sobre contenidos clave de este enfoque para hacerlo efectivo en los centros y servicios.
Pretenden facilitar de una forma flexible itinerarios de progreso. Su finalidad es orientar a los centros, servicios y equipos en el camino hacia una atención centrada en las personas, respetando una estrategia propia y apoyando que las diversas trayectorias tengan la necesaria globalidad y la clara orientación que debe caracterizar el avance en este enfoque de atención.
¿Por qué una ruta de Buen Trato?
El Buen Trato es una cuestión nuclear para una atención centrada en las personas, algo que se tiene claro cuando se entiende que cuidar significa acompañar vidas que merezcan la pena ser vividas, siendo, el cuidado, mucho más que un conjunto de tareas procedimentales.
Esta ruta basa sus recomendaciones en las consideraciones básicas para hablar de Buen Trato en los cuidados de larga duración:
• El buen trato parte del reconocimiento de la dignidad de toda persona.
• Cuidar es acompañar vidas. El cuidado es una oportunidad para facilitar una buena vida, una vida con sentido.
• El buen trato implica atención integral y siempre personalizada.
• El buen trato conlleva proteger a la persona equilibrando objetivos de seguridad con bienestar.
• El buen trato solo se consigue cuidando las relaciones entre las
• personas que participan en el cuidado
Es necesario concretar en qué consiste en Buen Trato y cómo se desarrolla el buen trato cuando cuidamos a personas en la atención cotidiana, y, por otro lado, es necesario tener muy presente que el cuidado se sustenta en marcos relacionales donde profesionales y familias somos quienes generamos los entornos que facilitan el respeto a la dignidad y la promoción de la autonomía.
“El buen trato solo es posible en los entornos donde las personas, todas, se tratan bien”
Todas las personas mayores en la región tienen derecho a una vida sana y digna, pero la realidad es que la infraestructura de las ciudades y los espacios públicos no siempre están diseñados pensando en ellos. La vida de las personas mayores es una constante lucha y terminan marginadas y aisladas sin poder tener una existencia con participación social. Por eso nuestro objetivo es generar una transformación: queremos convertir las comunidades donde viven en lugares en los que todas las personas de todas las edades puedan vivir en plenitud sin importar su género, origen étnico, su orientación sexual, sus capacidades físicas o su estatus socioeconómico.
En este documento encontrarás:
Una guía paso a paso para hacer de tu ciudad un mejor lugar para envejecer.
28 ideas brillantes, fáciles de implementar y de bajo costo.
Herramientas de sensibilización e iniciativas relacionadas con los derechos de las personas mayores.
La pandemia provocada por la COVID-19 ha causado un cambio radical en la vida de las personas. El distanciamiento social o la reducción de la actividad física entre otras consecuencias, han afectado especialmente a las personas mayores, un grupo particularmente vulnerable, y entre ellos, a. las que viven en residencias. Estos cambios, junto a la conciencia de esta vulnerabilidad se relacionan con ansiedad, depresión y síntomas psiquiátricos, en muchos casos. Por tanto, esta investigación se propone analizar los efectos de la COVID-19 en variables cognitivas, funcionales y emocionales en un grupo de personas mayores que viven en residencias. Para dar respuesta a este objetivo, se contó con una muestra de un total de 90 personas mayores institucionalizadas con una media de edad de 85,6 (DT= 7,23), siendo mujeres (78,9%). Los instrumentos utilizados fueron: para el estado cognitivo, Mini-Examen Cognoscitivo de Lobo, MEC; para el estado funcional, Índice de Barthel y Test de evaluación de la marcha y el equilibrio de Tinetti. La parte emocional se valoró con la escala Goldberg de ansiedad y depresión. Todos las personas respondieron a los cuestionarios en dos tiempos: 6 meses antes de que se decretara el estado de alarma en España debido a la situación COVID (11.3.2020) y tras la finalización del mismo (21.6.2020). Se realizó una prueba t para muestras emparejadas que mostró diferencias significativas en el MEC (t(89) = 11,40; p < 0,000); el índice de Barthel (t(89) = 2,90; p < 0,005); el test de Tinetti (t(89) = 5,22; p < 0,000); y en la escala de Goldberg tanto en la subescala de ansiedad (t(89) = -8,54; p <0,000) como en la de depresión (t(89) = -4,39; p < 0,000). Estos resultados nos indican que el aislamiento, la ausencia de relaciones y la ausencia de actividades (terapéutica y sociales) ha generado un empeoramiento de las capacidades cognitivas, funcionales y emocionales de las personas mayores evaluadas. Concretamente, se han encontrado mayores niveles de deterioro cognitivo, mayor dependencia funcional, ha empeorado el equilibrio y la estabilidad en la marcha, un aumento de síntomas depresivos, de ansiedad y otros síntomas psiquiátricos. La mayor fragilidad y la dependencia de otras personas para la realización de las actividades de la vida diaria hace que las personas mayores que viven en residencias sean aún más vulnerables a los efectos adversos de la COVID-19.
Este trabajo destaca la importancia de la protección social de la dependencia. Analiza la naturaleza, desarrollo, impactos y limitaciones de los sistemas europeos de Cuidados de Larga Duración (CLD). A continuación, se analiza el desarrollo del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) de España a lo largo de diez años (2009-2018), considerando el sistema de gobernanza, la estructura de las prestaciones y su sostenibilidad financiera. Finaliza el trabajo destacando los retos de futuro del SAAD en base a un modelo centrado en la persona dependiente orientado a mejorar la acción protectora con especial referencia a la atención domiciliaria y comunitaria y, por último, comprometido con la reducción de los desequilibrios territoriales.
El presente artículo analiza los resultados de un proyecto para promover la participación comunitaria en el diseño de los procesos de cuidados desde el modelo de atención integral y centrado en la persona (MAICP), desarrollado en cuatro municipios de la Comunidad Valenciana. La metodología implementada se fundamenta en la investigación acción participativa, trabajando en un diseño de planificación participativa que permita recoger las inquietudes ciudadanas sobre cuidados, y al mismo tiempo sirva para aportar alternativas que den respuesta a los problemas identificados. A partir de la revisión teórica y la elección de tres ejes: cuidados, intergeneracionalidad y fortaleza comunitaria, se aborda la realización de un diagnóstico participativo de carácter cualitativo y exploratorio, utilizando técnicas de construcción grupal de información desde la aplicación de flujogramas, promoviendo el protagonismo de las personas para producir información válida a través de su participación en talleres. Los resultados permiten perfilar como problemas centrales la inadecuación de los servicios de cuidados, destacándose la importancia de la intergeneracionalidad y la necesidad de fortalecer el capital social comunitario