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El año 2020 fue sin duda un año marcado por la pandemia del COVID-19, también en el ámbito de los servicios sociales. La crisis sanitaria tuvo por una parte consecuencias en la actividad de los servicios, cuya actividad se vio reducida durante varios meses y posteriormente tuvo que ser reorganizada, adaptándose a protocolos y medidas de prevención que poco tenían que ver con el carácter fundamentalmente relacional que constituye la esencia del trabajo social. Por otra parte, la pandemia ha tenido –y está teniendo– consecuencias económicas y sociales negativas que están afectando a la sociedad en general y a la población usuaria de los servicios sociales en particular.
Este decimoctavo Boletín del Observatorio de Servicios Sociales de Álava, en la medida en la que se centra en los datos del Sistema referidos al año 2020, y analiza algunas estadísticas recientemente publicadas en relación con las necesidades sociales de la población alavesa, permite vislumbrar algunos de los efectos que ha tenido esta última crisis, que viene a sumarse a las consecuencias más perdurables de la anterior crisis financiera de 2008. En efecto, tanto los datos sobre el empleo que se analizan en el primer artículo de la sección A fondo, como los datos de la última Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales (EPDS), objeto del tercer artículo de la misma sección, indican que la proporción de la población en situación de vulnerabilidad ha aumentado en los últimos años y, por lo tanto, también debería verse aumentada la demanda de servicios sociales en el futuro.
En sociedades donde el individualismo ha ido alejando a las personas de los espacios comunitarios, las soledades hacen su aparición: bien por decisión propia de vivir en solitario, bien por ir aislándose en el espacio y en las relaciones; o bien, por encontrarse en soledad sin desear ni haber elegido estarlo. Desde las instituciones públicas se están realizando diagnósticos e investigaciones para conocer la incidencia de la soledad no deseada y poner en marcha acciones que den respuesta a estas situaciones de vulnerabilidad. La Red de Mujeres del Medio Rural de Álava (RED en adelante), en el marco de un convenio1 con la Diputación Foral de Álava, a lo largo de 2020 ha llevado a cabo un mapeo de soledades en el medio rural de Álava para conocer los recursos y las iniciativas en marcha para acompañar a las personas que puedan sentirse solas. Las mujeres que forman parte de las asociaciones de la RED conocen mejor y pueden llegar con mayor naturalidad a las personas en situación de soledad de sus pueblos, algo más complejo para otras entidades del tercer sector o para las instituciones públicas.