ontratación protegida

Las mujeres, en general, sufren ciertas desventajas en el mercado laboral respecto a los hombres provocadas, en gran parte, por su rol de cuidadora de hijos y otros familiares, como son la contratación a tiempo parcial, el desarrollo de la doble jornada laboral, la brecha salarial y la brecha prestacional. Cuando a esta circunstancia se añade otra como la discapacidad se multiplican las posibilidades de sufrir discriminaciones en el desarrollo de la actividad laboral. La primera desventaja es la alta tasa de inactividad de las mujeres con discapacidad, provocada principalmente por la falta de formación y de información. Pero, incluso, cuando acceden al mercado de trabajo, no se benefician de los efectos de los incentivos que promueven especialmente su contratación y sufren una doble brecha salarial (por ser mujeres y por ser personas discapacitadas). Todas estas condiciones influyen negativamente en el reconocimiento de las prestaciones contributivas, y cuando acceden a las pensiones, lo hacen con importes insuficientes. Es por esto que, consecuentemente, las mujeres con discapacidad son las beneficiarias más usuales de las prestaciones no contributivas.

Año: 2020
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