Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a las Personas Mayores (2021)_Manifiesto de la Fundación Pilares
¡NUNCA MÁS A LA DISCRIMINACIÓN Y
AL MALTRATO A LAS PERSONAS MAYORES!
Ha transcurrido más de un año desde la declaración del estado de alarma en España por la pandemia del virus SARS-Cov2. Con datos oficiales de marzo de 2021 se han contabilizado en España casi 4 millones de personas afectadas (hasta la fecha) y muchas de ellas tenían 65 y más años. A ellas hay que añadir las y los profesionales contagiados y fallecidos y las familias alejadas o ignoradas.
Cuando miramos detrás de estos números encontramos un enorme sufrimiento y desolación, porque la situación vivida ha sido terrible. Muchas muertes que no debían haberse producido, muchos contagios, mucha soledad, demasiada incertidumbre e improvisación… y mucha discriminación por edad
Las personas en situación de dependencia han sufrido violaciones y restricciones muy graves en el ejercicio de sus derechos y se han evidenciado las debilidades del modelo asistencial vigente, en el que son otros los que toman decisiones sobre la vida de las personas sin tener en cuenta la afrenta a su dignidad y la vulneración de derechos que en ocasiones ello significa. Han aflorado, así y de la manera más cruda, el edadismo y el estigma social que vincula la vejez y la discapacidad con inutilidad y minusvaloración de la vida de las personas. Se ha impuesto el estereotipo que genera una visión negativa, homogeneizadora y uniforme de las personas mayores, muy alejada de la realidad, olvidando las relevantes aportaciones que ellas hacen a nuestro bienestar social y las lecciones de solidaridad y resiliencia que han demostrado a lo largo de su vida y, una vez más, durante esta crisis.
Desde la Fundación Pilares venimos desarrollando una línea de investigación-acción sobre derechos y deberes de las personas mayores en situación de dependencia y su ejercicio en la vida cotidiana. Sus resultados muestran que tanto en residencias como en el ámbito familiar se lesionan sin advertirlo derechos como: libertad y autonomía para tomar decisiones sobre la propia vida; preservación de la intimidad, el honor, la propia imagen y la sexualidad; control de sus bienes; acceso a los servicios de salud… Y hemos elaborado guías con instrumentos aplicados para favorecer que, tanto las y los profesionales del cuidado en centros como las familias cuidadoras, puedan identificar los derechos que se vulneran en la vida diaria de la persona mayor a la que atienden y aprender estrategias y habilidades que garanticen su ejercicio.
También hemos publicado artículos y documentos propios y con otras entidades demandando una reparación del daño causado. Pedíamos entonces -y reiteramos hoy- que NUNCA MÁS vuelvan a producirse violaciones de derechos humanos y discriminaciones como las vividas en la crisis de la COVID19. Para ello deben tomarse medidas contundentes encaminadas a transformar y cambiar el modelo de cuidados, tal como se hace en muchos países y comienza a desarrollarse en algunas CC.AA. del nuestro.
La gran fortaleza de la Atención Integral y Centrada en la Persona (AICP), que se defiende, promueve y es el eje de nuestro trabajo, reside en que se asienta sobre el enfoque de derechos humanos, sobre los principios de la ética y sobre la cooperación e integración de servicios y recursos. Este cambio significará:
- Que se conoce y reconoce a cada persona como única y valiosa en su dignidad, se tienen en cuenta sus opiniones y se facilita una participación activa en sus propios planes de atención, en la vida de los centros y en la comunidad.
- Que se garantiza el derecho a la sanidad pública de todas las personas en situación de fragilidad o dependencia independientemente del lugar en el que vivan.
- Que se amplían y mejoran los servicios que favorecen la permanencia en el domicilio y en la comunidad, eliminando incompatibilidades.
- Que se apoya con determinación a las familias cuidadoras: prestaciones, formación y servicios de respiro.
- Que se planifican diferentes alternativas de alojamiento modelo hogar y que las residencias actuales se convierten en espacios y lugares de vida donde las personas reciben cuidados sociosanitarios y también apoyos para desarrollar las actividades que dan sentido a su vida.
- Que los equipos profesionales de centros y servicios reciben apoyos y formación para conocer, comprender y cuidar a cada persona de manera singular, apoyándose en las fortalezas y capacidades en lugar de centrarse en los déficits y enfermedades.
- Que se invierta más y mejor en la dotación de recursos, de profesionales y de formación, tanto del sistema sanitario como de los servicios sociales.
- Que se apuesta por la investigación, la innovación y la evaluación, fomentando el desarrollo profesional y la innovación social.
- Que se promueven campañas de sensibilización sobre el valor social de los cuidados y de las aportaciones de las personas mayores, así como para la toma de conciencia de toda la sociedad del abuso y maltrato hacia ellas.
- Que se fomentan las relaciones sociales intergeneracionales, la inclusión y la participación social de las personas mayores, evitando el aislamiento y la soledad en que muchas viven.
Estas propuestas deben ser dotadas de la adecuada financiación, más allá de revertir los recortes de la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia (LAPAD). Y atender a la mejora de sus prestaciones, reforzando los apoyos para la autonomía personal. También es inexcusable que España apoye la Convención Internacional sobre los Derechos Humanos de las personas mayores.
Por todo ello, PROPONEMOS…
… Honrar a las personas mayores de nuestro país y en particular a todas las que han sufrido por la COVID19 o han muerto a causa de ella, pidiendo perdón como sociedad a todas las víctimas por el sufrimiento que no se ha sabido impedir y agradeciendo el ejemplo de resiliencia que las personas mayores nos han brindado.
… Que se reconozca a tantos profesionales sociales y sanitarios el esfuerzo, muchas veces sobrehumano, que han realizado durante la pandemia, superando la precariedad de sus condiciones laborales.
…Que, a partir de ahora, se celebren homenajes todos los años, el 15 de junio, Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, y el 10 de diciembre Día de los Derechos Humanos que pongan de manifiesto que no podemos permitir NUNCA MÁS que las personas mayores y, en especial, las que tienen una situación de dependencia, vuelvan a vivir una situación como la experimentada durante la pandemia, evitando en el futuro comportamientos gerontofóbicos.
Hemos vivido y continuamos experimentando una situación difícil y única y realizando cosas que nunca antes pensamos que íbamos a poder hacer… Estamos comprobando que somos capaces de darle la vuelta a nuestra rutina, a nuestro estilo de vida, a nuestro trabajo… y, por qué no, que podemos y debemos plantearnos como sociedad la prioridad de los cuidados. En nuestra mano está construir esa sociedad que queremos en la que todos, a lo largo de la vida, seamos considerados iguales en dignidad y derechos. Las crisis siempre tienen otra cara: la de las OPORTUNIDADES. ¡Aprovechémoslas!