Trabajo Comunitario y Partipación Social

El presente artículo analiza los resultados de un proyecto para promover la participación comunitaria en el diseño de los procesos de cuidados desde el modelo de atención integral y centrada […]

Año: 2024

ANEXO: LA BUENA VECINDAD 📽️Video Programa “La buena vecindad”

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🎥Video proyecto HARREMANETAN

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📽️Video Plan Nacional Sociosanitario para las personas mayores

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📽️Video programa Participamos Contigo

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📽️Video Programa Comunitario “Viviendo en plenitud en Sierra del Cuera”

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Fundación Caja Navarra viene desarrollando un ambicioso e innovador trabajo para mejorar sus Centros de mayores, Centros Convive. Se ha propuesto que sean espacios desde donde las personas mayores puedan construir sus proyectos de vida y encuentren respuesta a sus necesidades. Lugares que, además, contribuyan a la comunidad de la que forman parte y sean espacios para la participación y el desarrollo personal. Esta guía es fruto del trabajo desarrollado a través de dos experiencias piloto entre los años 2019 y el 2022.
El objetivo de la misma es facilitar la transformación del modelo de Centros Convive, partiendo de los intereses y necesidades de las personas que componen los Centros (personas usuarias, asociaciones de mayores, profesionales) y de la colaboración con su entorno próximo (familiares, otras asociaciones del barrio, otras entidades y servicios…). En otras palabras, que las mejoras sean impulsadas por los propios protagonistas de los centros, y en interacción con la comunidad.
Este material busca servir de inspiración a todas aquellas personas que participan de un centro social de mayores y tengan la necesidad de cambio y avance, así como a cualquier persona en general con interés en experiencias participativas y comunitarias de proximidad.

Año: 2024

La investigación cuyos principales resultados se presentan en esta publicación, adopta un enfoque participativo a partir de la identificación de indicadores sociales basados en la estrategia metodológica de la triangulación. Se parte de una amplia revisión bibliográfica y del análisis del material empírico primario, a partir de los resultados del trabajo de campo llevado a cabo mediante técnicas cuantitativas (dos encuestas) y cualitativas (entrevistas semiestructuradas y grupos de discusión).

Los resultados obtenidos que se presentan a lo largo de la publicación sugieren que, si bien el SAD es valorado de forma muy positiva, sobre todo por la calidad humana de los equipos profesionales que intervienen y la cercanía y relaciones que se producen entre estos y las personas que reciben el servicio, también se percibe un conjunto de disfunciones en su diseño, gestión y prestación actual, de manera que no resulta de suficiente calidad. Del mismo modo, la mayoría de las opiniones recogidas de nuestros interlocutores coinciden en la afirmación de que con el SAD no se llega a cubrir las necesidades de atención integral y personalizada que requieren las personas mayores y sus familias cuidadoras, las cuales siguen realizando a sus expensas la mayor parte del trabajo de cuidados.

Las principales áreas de mejora de la prestación que se sugieren por quienes han participado en el estudio son diversas. En lo que atañe a los equipos profesionales del SAD, pasan principalmente por el incremento salarial y la adecuación en su formación sobre los contenidos y elementos de los nuevos modelos de cuidados. Así mismo, se ha producido acuerdo mayoritario en cuanto a la necesidad de generar mayores ratios de las plantillas con inclusión de otras figuras profesionales (en especial de la terapia ocupacional, pero también de la psicología, la fisioterapia…).

A lo anterior se une otra demanda repetida por las y los profesionales, y que se constituye como uno de los principales cambios a acometer si se quiere que los servicios sociosanitarios de CLD sean considerados como un bien social: la necesidad de emprender campañas informativas dirigidas, tanto a los actores de los sectores de atención social y sanitaria, como a la sociedad entera de cara a conseguir una revalorización de la imagen social de los cuidados y del trabajo que realizan sus profesionales en general y, en particular, de la atención domiciliaria.

Por otra parte, los resultados recogidos en torno al SAD sugieren la precisión, no tanto de “mejorar” este servicio en particular, sino que lo que habría que plantease es su “transformación”. Desde la propia dimensión conceptual, habría que dejar de referirse a un único servicio para definir un conjunto de prestaciones, recursos y apoyos para desarrollar una atención domiciliaria y en la comunidad que sea continuada y adaptada a cada contexto y a cada persona, que ha de poder elegir entre diferentes alternativas. Para ello, se aspira a que el sistema sea capaz de integrar diferentes actuaciones y dimensiones hoy dispersas, fragmentadas o inexistentes.

En primer lugar, poder ofrecer, para adaptarlos a cada caso, un paquete integrado y sin incompatibilidades de recursos mediante los servicios del ámbito social (asistencia personal, SAD, teleasistencia y otras tecnologías, centros de día, productos de apoyo y accesibilidad de la vivienda, prestaciones económicas, residencias y otros alojamientos…), con independencia de la titularidad de los mismos. Por otra parte, desarrollar canales estables de coordinación entre estos y los servicios sanitarios. Del mismo modo, se pide complementar la atención formal y la informal desde un enfoque de género para avanzar en un reparto equitativo en el trabajo de cuidar, ofreciendo formación y servicios de respiro a las familias cuidadoras.

Y para avanzar en el concepto de “sociedad cuidadora” se considera muy conveniente la incorporación de los recursos comunitarios existentes en cada territorio (desde el asociacionismo, el voluntariado, los centros cívicos socioculturales, las farmacias y comercios, entre otros), así como trabajar con las personas mayores y con discapacidad la promoción de la salud y su participación e inclusión social.

Año: 2024

In its 2023 edition of the Barometer, AGE analyses the situation of older people in the labour market and attempts to answer the following question “How to empower older people on the labour market so they can lead sustainable and quality working lives?”.
On the basis of data collected by AGE members and documentary research, a report on 19 countries has been drawn up (see below for links to the country sheets): Austria, Belgium, Cyprus, Finland, France, Germany, Greece, Hungary, Italy, Malta, Netherlands, Norway, Poland, Portugal, Romania, Slovakia, Slovenia, Spain and Sweden.
Through country-by-country assessments, we have highlighted commonalities and divergences between Member States and set out AGE’s positions on three policy areas with an intersectional perspective: support for older people in the labour market, tackling ageism in the workplace and workplaces for all ages.

Año: 2023

La presente Guía contiene pautas prácticas para que las personas de 65 o más años reconozcan y reivindiquen sus derechos desde la particiación y el envejecimiento activo, especialmente aquellas que […]

Año: 2023
Trabajo Comunitario y Partipación Social
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